Monseñor José Manuel Romero Barrios, obispo de la Diócesis de El Tigre / Por los caminos: Guardar la palabra con las acciones.
Estamos en el sexto domingo de Pascua; nos encaminamos hacia la plenitud de la Pascua: La fiesta del Espíritu Santo, la fiesta de Pentecostés.
Las lecturas nos proponen líneas maestras de la vida de cada comunidad cristiana.
Como sucede a menudo, en las comunidades surgen personas que desean volver al “siempre se ha hecho así”. Y no conformes con eso, quieren imponer a los cristianos venidos del mundo gentil, prácticas del judaísmo.
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos presenta como “el Espíritu Santo y nosotros (los apóstoles y la comunidad)” actúan de la mano. Se nos presenta el que sería el primer Concilio, la primera reunión formal de las columnas de la Iglesia junto con los fieles invocando al Espíritu Santo para tomar una decisión para el crecimiento de la comunidad.
Se deja claro que siempre se debe actuar bajo la luz del Espíritu Santo, alma y motor de la Iglesia. Este primer Concilio de Jerusalén lanza a la comunidad eclesial más allá de la fronteras de los grupos étnicos, culturales. La transforma en universal.
Es preciso superar los miedos y temores que paralizan. El Evangelio es una Buena Noticia para todos. Y la están esperando. De ti depende el que llegue a las vidas adormecidas de tantas personas que vegetan sin rumbo determinado. Tú puedes hacer la diferencia.
En el libro del Apocalipsis aparece la ciudad nueva con dos características novedosas: El muro que la rodea tiene puertas abiertas a todos los puntos cardinales, todos los pueblos pueden entrar a formar parte de este novedoso pueblo de Dios. La otra novedad es que falta el templo, el lugar santo por excelencia de Jerusalén; no lo hay construido de piedra sino que el Todopoderoso y el Cordero son el templo. En la Jerusalén celestial el encuentro con Dios Padre es una comunión de vida.
La tarea del Espíritu Santo es abrir el corazón de los hombres y mujeres a la comprensión del misterio divino y moverlos a la conversión. Por obra del Espíritu Santo es como el Señor Jesús sigue siendo contemporáneo de cada ser humano que nace.
La acción del Espíritu Santo genera dinamismo de amor, no una quietud estática: Si le abrimos las puertas del corazón podrán entrar en él, todos los hermanos y hermanas con todos sus gozos y esperanzas, angustias y tristezas.
Un autor resume así las características o virtudes de la Iglesia que nos presentan las lecturas de este 6to. Domingo de Pascua: La dinamicidad que impide a la Iglesia ser nostálgica; fidelidad que impide a la Iglesia desviarse; la paciencia que impide a la Iglesia las prisas; la profecía que hace comprender a la Iglesia los signos de los tiempos; la tolerancia y el diálogo que impiden a la Iglesia la enfermedad del integrismo; la esperanza que hace superar a la Iglesia dudas e incertidumbres. Pero sobre todo debe prevalecer la fe en el Espíritu, guía último y vivo de la Iglesia (G. Ravasi).
26/05/19
+José Manuel