Armar pequeños trozos de tela cuidadosamente cortados y medidos para crear una pieza más grande. En eso consiste la técnica formal de Patchwork. Detrás de este arte manual, es mucho más que un mat de corte en pulgadas, cortadores o reglas de distintas formas y colores: "La técnica es fascinante porque de un trozo de tela puedes sacar una obra de arte, de cortes exactos y costura exacta. Soy perfeccionista pero la perfección se la dejo a Dios" señala Nilsa Vargas, instructora de Patchwork en El Tigre y San Tomé.
Famoso y con cientos de practicantes en Estados Unidos, parte de Europa y Brasil, el Patchwork tiene muestras históricas en colchas egipcias y también en China hace unos 5.000 años. En India son famosos los Kaudhi, mantas para recién nacidos; también tribus Lambani han hecho popular el uso de faldas con esta técnica.
"Además de relajarte, el Patchwork te permite hacer una creación versátil, desde carteras, tapetes, cojines, alfileteros, hasta cubrecamas y colchas", afirma Vargas, quien agrega que ahora tiene la satisfacción de enseñar a otras personas que antes solo se emocionaban viendo el arte del Patchwork y hoy ellas mismas lo hacen realidad. Hablamos del caso de 9 alumnas que realizaron la pieza Hojas de Maple y Variaciones de Log Cabin, en la Fundación Casa de la Mujer Santomesina.
El curso realizado a mediados de marzo, duró 3 días y dejó pendiente nuevas fechas para nuevas figuras e incluso la intención de conocer otra técnica similar llamada Quilt Rag. "Espero hacer un próximo curso porque ya nos entusiasmamos, me gustó el ambiente, el costo es accesible y el horario cómodo", señala Maigualida Muñoz, destacada alumna del curso.
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Fanpage "Fundación Casa de la Mujer Santomesina"