José "Cheo" Salazar – Septiembre 2014
"Los gobernantes de El Tigre nos hablan de la gran ciudad del Sur y resulta que ni los muertos pueden descansar en paz. El Cementerio General de la ciudad se ha convertido en tierra de nadie, al extremo que en la parte Sur, que conecta con el barrio Los Rosales II está derrumbada la cerca. Esto permite salida libre para delincuentes y brujos que hacen rituales y trafican con osamenta. Además, cuando vienen los deudos son atracados, hay una desidia total".