La acumulación de descuidos motivó a los vecinos del callejón 11 norte del sector San Francisco de Asís como el «callejón del olvido». La prioridad actual es la poda de una mata de aguacate, y otra de mamón que está totalmente seca, que mantienen en jaque las guayas eléctricas del poste ubicado en la esquina con la calle 12 norte.
«Si te das cuenta las matas están templando las guayas. Si se llega a caer eso nos vamos a quedar sin luz», indicó Yirli Zapata. «Hemos ido tres veces a Corpoelec en la Peñalver y no han venido a dar solución», agregó.
Otros vecinos presentes en la cobertura de El Vistazo, dijeron que hace dos semanas se acercó un equipo de Servicios Públicos de la Alcaldía de El Tigre pero no resolvieron.
José Polanco, jefe de calle para la repartición del Clap, afirmó que son 37 las familias que podrían quedar sin electricidad en sus casas si alguno de los árboles se viene abajo. También advirtió falta de luminarias, postes corroídos y la no reposición de transformadores.
«Hace añales se quemó un transformador, a mi ya me van a jubilar de este sector y todavía está quemado. Si se quema otro, nos quedamos sin luz».
Hasta el sitio se acercó el candidato a diputado del Consejo Legislativo del Estado Anzoátegui por El Tigre, Jean Guevara, quien quedó comprometido a verificar el status de la denuncia en Corpoelec. «Las guayas en cualquier momento pueden colapsar y dejar a San Francisco de Asís sin luz. Por eso el llamado es a las autoridades competentes a atender el callejón del olvido, como lo han denominado los propios habitantes».
Otras problemáticas del «callejón del olvido»
En el otro extremo del callejón los delincuentes se dan vida con el monte que si bien no ocupa un área muy extensa, forma puntuales acumulaciones frondosas que configuran el escondite perfecto.
«Me ha tocado ver cómo metieron a un señor en un carro, me ha tocado ver también cómo atracan. Han quitado bicicletas, teléfonos», relató Oleidys Flores.
Sin agua
Polanco también refirió que la potencia del pozo de 12 de Marzo donde están conectadas sus tuberías, no bombea agua hasta sus casas. Cargando tobos en carretillas, van y vienen hasta la calle 11 norte al lado de la iglesia, en búsqueda del líquido.