El físico británico Stephen Hawking, el científico que explicó el universo desde una silla de ruedas y acercó las estrellas a millones de personas alrededor del mundo, falleció la madrugada de este miércoles 14 de marzo en su casa de Cambridge, a los 76 años.
«Estamos profundamente entristecidos por el fallecimiento de nuestro padre hoy», dijeron sus tres hijos, Lucy, Robert y Tim, en un comunicado publicado a primera hora de la mañana.
“Era un gran científico y un hombre extraordinario cuyo trabajo y legado sobrevivirá por muchos años”, dijeron sobre el hombre que pasará a la historia por su trabajo sobre el origen del universo, los agujeros negros y la relatividad.
Entre sus más reconocidas teorías, las divulgó en su libro “Breve historia del tiempo, del Big Bang a los agujeros negros”, publicado en 1988 y que ha vendido más de 25 millones de ejemplares. Este trabajo se conoció como “la teoría del Big Bang”, término con el que se refirió al origen del espacio y del tiempo.
Hawking reconsideró su propia teoría sobre los agujeros negros en 2004 y expuso una nueva, que cuestiona que sean una especie de pozo sin fondo, como él mismo había mantenido.
En julio de 2015 presentó en la Royal Society de Londres un proyecto de búsqueda de vida extraterrestre.
A los 22 años le fue diagnosticada una esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad que le dejó en una silla de ruedas e incapaz de hablar sin la ayuda de un sintetizador de voz que operaba con un músculo de bajo de su ojo.
Su apabullante intelecto e intuición, convirtieron a Hawking en símbolo de las infinitas posibilidades de la mente humana, y de su insaciable curiosidad.