Miami (29 de diciembre de 2014)
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) repudió el ataque con granadas contra un diario en Venezuela y el asesinato de un periodista en Brasil, al tiempo que instó a las autoridades de ambos países a actuar con urgencia para identificar y sancionar a los responsables de estos actos de violencia.
En Venezuela, fueron lanzadas dos granadas fragmentarias contra la sede del diario El Siglo, en la ciudad de Maracay, estado Aragua. El atentado, ocurrido la madrugada del 28 de diciembre, no dejó víctimas, pero ocasionó daños materiales a la casilla de seguridad de las instalaciones y a tres vehículos alcanzados por la onda expansiva, según publicó el periódico en su página de Internet.
Dos sujetos -captados en video por las cámaras de seguridad- arrojaron contra el edificio del periódico los artefactos explosivos de los cuales solo uno detonó. Se desconoce el móvil y ningún grupo se ha responsabilizado por el atentado.
El presidente de la SIP, Gustavo Mohme, expresó su repudio por el acto de intimidación contra El Siglo. Mohme, director del diario peruano La República, instó a las autoridades a “investigar con urgencia para deslindar responsabilidades y aplicar la fuerza de la justicia sobre los culpables”.
En tanto, en Brasil, la SIP condenó el asesinato de Marcos de Barros Leopoldo Guerra, periodista que denunciaba en su blog Ubatuba Cobra, supuestos actos de corrupción de las autoridades locales, en la ciudad de Ubatuba, en Sao Paulo.
El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Claudio Paolillo, condenó el asesinato, el cuarto ocurrido en 2014 en Brasil. Paolillo, director del semanario uruguayo Búsqueda, afirmó que “la investigación expedita para esclarecer si los móviles del asesinato estuvieron relacionados con su actividad periodística, así como la sanción de los responsables, son los mecanismos más seguros para la protección de los periodistas y combatir la impunidad”.
Guerra, de 51 años, fue ultimado el 23 de diciembre por sujetos que se movilizaban en una motocicleta y le dispararon a través de una ventana de su residencia. El periodista, quien también era abogado, falleció en el acto tras ser baleado en el rostro, la espalda y el abdomen, según informó la prensa.
Había recibido amenazas por sus escritos y denuncias sobre presunta malversación de fondos públicos.
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