La ONU sigue con gran inquietud sobre la crisis en Venezuela, pero a larga distancia debido a que su personal especializado en derechos humanos no tiene autorización de entrada al país, dijo este martes una portavoz de la organización.
«Estamos siguiendo la situación en Venezuela con gran preocupación ante la escalada de violencia en las protestas», afirmó la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, que precisó que esta observación se realiza «a larga distancia».
«Hay necesidad de acceso y hemos estado pidiéndolo. Hubo varias comunicaciones con el gobierno de Venezuela en el pasado», agregó la portavoz, quien dijo que desconocía cuándo se produjo la última petición a este respecto.
Lo que sí afirmó es que la oficina regional de su entidad en Suramérica, que transmite sus informes a la sede en Ginebra, tiene algún tipo de contacto con las autoridades venezolanas, sin precisar tampoco a qué nivel y con qué regularidad.
Shamdasani repitió el llamamiento del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos para que las fuerzas de seguridad conduzcan sus acciones «conforme a sus obligaciones y a los estándares del derecho internacional».
«También pedimos a la gente en Venezuela que utilice medios pacíficos para hacerse escuchar y que todos, cualquier sea el espectro político al que pertenecen, renuncien a la violencia», invocó.