Monseñor José Manuel Romero Barrios, Obispo auxiliar de la Diócesis de Barcelona y rector de la parroquia San Juan Bautista en San Tomé.
Domingo de Ramos. Por los Caminos
La Semana Santa es inaugurada por el sexto domingo de cuaresma o Domingo de Ramos, en el que se celebran las dos caras centrales del misterio pascual: la vida o el triunfo mediante la procesión de ramos en honor de Cristo Rey, y la muerte o el fracaso a través de la lectura de la pasión. Este domingo comprende dos celebraciones: la procesión de ramos y la eucaristía. Lo que importa en la procesión no es el ramo bendito, sino la celebración del triunfo de Jesús.
Recordemos que el relato de la pasión según San Juan fue fijado por la Iglesia Romana del siglo IV en la asamblea litúrgica del viernes santo, al tiempo que en los primeros de la semana santa se leían las tres pasiones de los sinópticos. Actualmente se proclaman estas tres narraciones, de acuerdo con los respectivos ciclos, en la eucaristía del domingo de Ramos, como contrapunto a la memoria de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén
La procesión de ramos debe comenzar, si es posible, en una iglesia o capilla filial para dar lugar al simbolismo de la entrada en Jerusalén, representada por el templo principal; si no hay iglesia filial se hace una entrada solemne desde el fondo del templo. El rito comienza con la bendición de los ramos, que deben ser lo suficientemente grandes como para que den al acto un tono festivo. Debe hacerse todo de tal modo que el pueblo vea bien; los ramos han de esta visibles. Después de la aspersión de los ramos se proclama el evangelio, es decir, se lee lo que a continuación se lleva a cabo.
Por ser creyentes, estar convertidos y haber sido iniciados sacramentalmente a la vida cristiana, pertenecemos de tal modo al Señor Jesús que, al celebrar litúrgicamente su entrada en Jerusalén, nos asociamos a seguimiento. La semana santa comienza y acaba con la entrada triunfal de los redimidos en la Jerusalén celestial, recinto iluminado por la antorcha del Cordero
A la procesión le sigue inmediatamente la eucaristía. Del aspecto glorioso de los ramos pasamos al doloroso de la pasión, tanto de Cristo como del pueblo. Esta transición no se deduce sólo del modo histórico como transcurrieron los hechos, sino porque el triunfo de Jesús en el domingo de ramos es signo de su triunfo definitivo. Los ramos nos muestran que Jesús va a sufrir, pero como vencedor; va a morir, mas para resucitar.
En resumen el Domingo de Ramos es inauguración de la pascua o paso de las tinieblas a la luz, de la humillación a la gloria, del pecado a la gracia y de la muerte a la vida. Gracias al Domingo de Ramos, la Semana Santa ha calado en el pueblo
La Semana Santa conmemora la pasión del Señor Jesús, núcleo original de los evangelios y acontecimiento mejor conocido de la vida de Jesús. A partir de un relato previo y breve sobre la crucifixión de Jesús, los pasiones evangélicas están redactadas con mas atención y detalle que las otras narraciones. Su estilo difiere de cualquier otra literatura que cuenta la batalla final y la muerte de un héroe. Son además final y comienzo de la vida y destino de Jesús, al que los discípulos confiesan como Cristo y Señor después de la resurrección. Según como se interprete y se viva la muerte y resurrección de Jesús se configura el modo de ser cristiano