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El occiso fue identificado como Jesús Enrique Castillo Guevara de 23 años de edad, quien fue expulsado hace un mes de la escuela de formación de la Guardia Nacional Bolivariana “Hugo Chávez Frías» de San Tomé.
Susana Quijada / @SusanaQuijada
Oficiales del Centro de Coordinación Policial de Guanipa ultimaron a un sujeto luego que asaltó una vivienda y mantuvo de rehén junto a un compinche, a la familia de un funcionario de Polifreites.
El oficial jefe Daniel Lascano, director de ese cuerpo de seguridad informó que a las 8 pm de este martes el dúo hamponil irrumpió en una residencia situada en la avenida Las Mercedes del sector El Palomar, donde sometieron, golpearon y amordazaron a una familia integrada por siete personas entre ellos un adolescente y un niño. En medio del hecho delictivo el niño logró zafarse de los hampones y comunicarse vía telefónica con su madre, quien a su vez llamó al cuadrante número uno de Poliguanipa.
El jefe policial dijo que una comisión se trasladó a la referida residencia, donde sorprendieron a los hampones cuando intentaban llevarse una camioneta Chevrolet Vitara cargada de varios electrodomésticos, sin embargo los uniformados impidieron esta acción por lo que produjo un intercambio de disparos.
Durante la refriega uno de los antisociales logró escapar, mientras que Jesús Enrique Castillo Guevara de 23 años de edad, resultó mortalmente herido.
Les fue decomisado un revolver calibre 38 milímetros que fue colectado por efectivos de la policía científica de El Tigre, en el inmueble donde se registró la refriega, manifestó Lascano.
La fuente destacó que estos individuos aparentemente eran miembros de la banda “los come clavos”, dedicada al robo y secuestro.
Por su parte Inés Guevara, madre del occiso aseguró que su muchacho era sano y trabajador. Informó que durante cinco meses Jesús estudió en la escuela de formación de la Guardia Nacional Bolivariana “Hugo
Chávez Frías”, situada en San Tomé, sin embrago hace un mes fue expulsado.
“A él lo botaron de la escuela porque yo le llevé unas arepas y el teniente se las descubrió, él me llamó desesperado diciéndome mamá me van a botar por las arepas que me trajiste, yo le pedí a Dios que eso no sucediera porque la calle estaba fea”, expresó Guevara.