Unas 80 personas fueron en horas de la mañana a las cercanías de la alcaldía del municipio Guanipa a reclamar la venta de alimentos a precios regulados. Se quejaron del desvío constante de camiones que tienen como destino original abastos privados. La mercancía es retenida y luego vendida en operativos «casa por casa» dirigidos por alcaldías bolivarianas una vez a la cuaresma.
Nilsa Varela Vargas
Mientras que en El Tigre, ciudad ubicada a una distancia de 5 minutos se llevaba a cabo una manifestación exigiendo al Consejo Nacional Electoral la agilización del proceso del Revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, en Guanipa hombres y mujeres expresaban su descontento con el proselitismo alimentario auspiciado por las alcaldías bolivarianas.
«Ya no queremos que sigan desviando los camiones de los negocios, estamos aquí frente a la alcaldía para exigirle al alcalde que nos venda la comida, mis hijos no tienen qué comer», expresó Rosa Guzmán rodeada de una multitud que abarcó uno de los dos canales de tránsito a unos 30 metros frente al edificio municipal. En la isla se encontraban unos policías municipales preparados para evitar el ingreso indiscriminado de los manifestantes.
«Queremos que nos vendan, ya está bueno del desvío de productos para sus actos políticos», dijo José Colmenares.
AL FINAL NO LES VENDIERON NADA
Para calmar los ánimos cuatro mujeres ingresaron hasta el despacho del alcalde Pedro Martínez. Al salir informaron que era norma retener 50% de la mercancía para los operativos que llevan a los sectores y 50% para los abastos. Los allí presentes afirmaron que no han recibido las bolsas de comida. Algunos se fueron y otros permanecieron en el lugar.
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Posteriormente aproximadamente a la 1:30 pm se presentó una situación irregular que incluyó la quema de cauchos y cierre momentáneo de la Avenida Intercomunal, justo frente al Centro Comercial El Roble donde funciona un Abasto Bicentenario. Los usuarios llamaron al programa Diagnóstico de Orbita Televisión y denunciaron ser víctimas de una burla.
«Estamos haciendo cola desde las 3 de la mañana, se fue la luz de 8 a 11:30 am y a estas alturas no han recogido cédulas, esto es una humillación a los venezolanos que estamos aquí esperando para comprar comida, hasta cuándo, queremos respeto», exigió Marlenys Quijada vía telefónica.
Posteriormente varios periodistas que cubríamos la noticia apreciamos cómo, ante la falta de atención a los funcionarios policiales, la comunidad molesta recibió la visita de colectivos motorizados que se dedicaron a amedrentarlos y dispersarlos.