Parece que estamos ante un déjà vu. Ver una venta de pescado pulcra y con variedad. Frutas y verduras en colores vivos. Diversas marcas de atún. Kilos y kilos de Harina Pan. ¡Desodorante! ¡También hay desodorante!
Es igual al supermercado CADA, como solía llamarse hace años, durante muchos años. «Vamos al Cada del Petrucci», ¿quién no dijo esa oración en su casa? Ahora, sentada reviviendo la pauta periodística del día se cruzan anécdotas, recuerdos, la infancia, juventud, mini esperas junto a mi mamá y otras pocas con mi papá. Algunas más fugaces con mis primos que venían de vacaciones y era impelable comprar allí, el bronceador y protector solar. «En el Cada».
Hoy, 24 de octubre, llegué a este sitio que luce igual al Cada de hace años, no sin antes ver un desfile de gente abarrotada en la avenida, un segundo grupo en la santamaría dentro del Petrucci y un tercer grupo de personas en la puerta principal del Abasto Bicentenario, tratando de burlar la seguridad pública y privada, allí apostada. Pasé, gracias a mi carnet de Periodista, solicitado por un GNB. Pasé, para encontrarme con colegas que entre el chalequeo y saludo acostumbrado, esperaban, como yo, poder comprar algo.
Llegué allí, para escuchar a un ministro, un gobernador y un alcalde, decir, que se invirtieron casi 39 millones de Bolívares en la recuperación de este abasto, para escuchar que sí, que ya están instaladísimas las capta huellas; llegué allí para escuchar que próximamente viene más guerra económica y ellos (la autoridad) ya están preparados.
No escuché quién destruyó el Abasto Bicentenario. Tampoco escuché que la guerra económica la hacen los bachaqueros, venezolanos que se han dedicado a revender productos con sobre precios groseros. Tampoco escuché, a mi mamá pidiendo que agarrara el número en pescadería o a mi prima llegar apurada con unas galletas justo antes de sacar la cuenta en caja. ¿Te acuerdas del Cada? Galería de fotos Bicentenario re inaugurado, aquí