El ejército mexicano desarmó a la policía de la ciudad de Iguala, por la desaparición de estudiantes ocurrida el 26 de septiembre, cuando tomaron varios autobuses como forma de protesta pero recibieron el ataque de policías locales y desconocidos armados.
El presidente Enrique Peña Nieto ordenó el desarme en su intento por retomar el control y esclarecer lo ocurrido a los 43 desaparecidos. Ya el domingo, sicarios confesaron desde prisión haber matado a 17 de los 43 estudiantes desaparecidos en el sur de México. El fiscal Iñaky Blanco reportó que en esas tumbas hallaron hasta ahora 28 cuerpos, algunos de ellos carbonizados y también divididos en partes.
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