Algo sin precedentes y totalmente repudiable, es lo que ha vivido la Selección Vinotinto en suelo peruano después del resultado 1-1 del martes 21 de noviembre.
Primero fuimos testigos de la Policía de Perú obstaculizando a los futbolistas para regalar sus camisetas a la hinchada venezolana en las gradas de visitantes. Después vino la agresión con rolos y empujones contra los jugadores.
«El Gobierno de Perú comete una nueva arbitrariedad contra los venezolanos, al impedir que el avión que trae de regreso a la @SeleVinotinto recargue el combustible para emprender el vuelo. El Gobierno de Perú aplica un secuestro, vengativo a nuestro equipo, que ha realizado un extraordinario juego el día de ayer. Exigimos el cese inmediato de las agresiones en contra de nuestra selección y del pueblo venezolano, asumiendo sus obligaciones en el marco del respeto al Derecho Internacional y desechando las prácticas de xenofobia», expresó el canciller Yván Gil en sus redes sociales en horas del mediodía del miércoles.
El Ministerio del Deporte, la Federación Venezolana de Fútbol y el Comité Olímpico Venezolano, han emitido comunicados contundentes en rechazo a esta actitud anti deportiva y agresiva que puede traer consecuencias negativas para la propia Federación Peruana de fútbol y su selección nacional.