Durante un operativo que desató incendios, bloqueos y ataques en Culiacán, norte de México, las autoridades de ese país capturaron en la madrugada del jueves cinco de enero a Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín «el Chapo» Guzmán más buscados por Estados Unidos.
La captura y la violencia que desató la detención despertó temor en la ciudadanía por los recuerdos del polémico «culiacanazo», operativo en el que las fuerzas federales arrestaron el 17 de octubre de 2019 a Ovidio, pero lo liberaron horas después por actos violentos del Cártel de Sinaloa.
La detención de Guzmán generó bloqueos en distintas vialidades de Culiacán, capital de Sinaloa, además de enfrentamientos en diferentes puntos de la ciudad, así como vehículos incendiados y reportes de despojos de vehículos a civiles, lo que paralizó la ciudad, reseñó la agencia EFE.
Cristóbal Casatañeda, Secretario de Seguridad Pública del Estado de Sinaloa, advirtió a la ciudadanía en un mensaje vía Twitter que en lo posible eviten salir de sus casas. A raíz del operativo y los tiroteos, las autoridades también suspendieron las clases en instituciones educativas.
Ovidio Guzmán fue trasladado al penal del Altiplano, el mismo donde fue recluido y se fugó su padre.