La “nariz electrónica” (eNose), desarrollada en el Instituto Tecnológico Technion-Israel de Haifa por el ingeniero químico Hossam Haick, utiliza una prueba de aliento sencilla y rápida para verificar el diagnóstico de aterosclerosis en pacientes del Centro Médico Rabin-Campus Beilinson de Petah Tikva.
La nariz artificial utiliza una hilera de sensores de oro sensibles y submicroscópicos que pueden detectar minúsculos cambios moleculares en la sangre del paciente.
Las hileras están capacitadas para identificar biomarcadores de enfermedades y detectar grupos de alto riesgo de enfermedades específicas, así como para controlar los tratamientos en personas afectadas por esa enfermedad.
La eNose ha tenido éxito en la detección de diversas enfermedades, incluidos algunos tipos de cáncer, arteriosclerosis obstructiva y otras enfermedades.
La aterosclerosis se produce cuando las arterias coronarias que transportan el oxígeno y los nutrientes desde el corazón al resto del cuerpo se vuelven gruesas y rígidas, restringiendo a veces el flujo sanguíneo a los órganos y tejidos. Las arterias sanas son flexibles y elásticas.
“Se trata de un estudio inicial que sirve de motivación y justificación para seguir desarrollando la eNose, que ya ha demostrado su eficacia en el campo de las enfermedades cardíacas”, dijo el investigador Inbar Nardi, que inició y dirigió el estudio en el departamento de cardiología de Beilinson.
La investigación acaba de publicarse en la revista Cardiology con el título “Detección de enfermedades coronarias mediante el análisis del aliento exhalado”.
En la primera parte del estudio piloto prospectivo, se examinó a unos 60 pacientes de entre 30 y 80 años que no tenían antecedentes de enfermedad cardíaca en el servicio de urgencias del hospital debido a dolores torácicos. Los sujetos soplaron en la eNose, y los resultados de las pruebas de aliento se clasificaron según el estado real de aterosclerosis de los pacientes, tal y como mostraba un cateterismo coronario real o virtual.
El estudio demostró por primera vez que la prueba de aliento era capaz de separar correctamente a los pacientes con arterias normales de los pacientes con aterosclerosis, con una sensibilidad de 69% y una especificidad de 67%. Se trata de unos datos iniciales alentadores en cuanto a la capacidad de diagnóstico y la precisión del sistema, dijo Nardi.