Artículo dominical escrito por monseñor José Manuel Romero Barrios, obispo de la Diócesis de El Tigre.
Joven venezolano, eres valiente y creativo. Protagonista de la Revolución de la Caridad y del Servicio (Papa Francisco Vive Cristo, 174).
Los jóvenes se caracterizan por su capacidad de extender su visión en el horizonte. No le ponen límites. “Si es propio del joven sentirse atraído por lo infinito que se abre y que comienza” (Romano Guardini), no menos cierto es que con los años ese fuego que se renueva, que arde en los corazones juveniles, necesita unirse a otros para mantenerlo siempre vivo y que ilumine la creatividad, el entusiasmo y el dinamismo que les mueve. (cfr. Papa Francisco, Vive Cristo, 160).
Y van tras la felicidad. Y tienen bien claro: quien vive solamente según el principio del beneficio propio o busca la realización personal sin tener en cuenta a los demás, no encontrará la verdadera felicidad.
Aquí podemos percibir, palpar la valentía y la creatividad del joven venezolano porque están empeñados en el servicio a los demás porque “cada edad tiene su hermosura, y a la juventud no pueden faltarle la utopía comunitaria, la capacidad de soñar unidos, los grandes horizontes que miramos juntos” (Papa Francisco, Vive Cristo, 166).
En plena tempestad del covid, cuando algunos buscaron su beneficio personal, brillaron, y siguen brillando, compañeros de viaje que han mostrado que hay héroes de “a pie”. Personal sanitario, obreros de los hospitales, conductores, presbíteros, monjas, quienes, sin duda, en su juventud escucharon que la vida se fortalece dándola.
Tantas historias que se entretejen y que son como pequeños luceros que iluminan el sendero de cada día. Ese eres tú, joven venezolano, muchacha venezolana.
Es alentador, genera esperanza, ver fotos en los que aparecen muchachos y muchachas visitando las casas de personas necesitadas, llevando alimentos y medicinas, dando una mano para llevar consuelo y alivio, realizando dinámicas para alegrar una mañana a niños en sectores populares. Y lo hacen no por protagonismos personales sino porque la creatividad del Espíritu les impulsa. Y el Espíritu hace nuevas todas las cosas. Y el Espíritu suscita sueños de un mundo más justo, humano y fraterno. “Misericordia, creatividad y esperanza hacen crecer la vida y nos permiten alegrarnos con los que están alegres y llorar con los que lloran” (cfr. Rom. 12, 15) (cfr. Papa Francisco, Vive Cristo,167).
Y ustedes son sembradores de esperanza.
“El Evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos” (Vive Cristo, 177). Esta consigna ustedes la han asumido con entusiasmo, permitiendo que muchos “Zaqueos” (cfr. Lc. 19,1ss), que quieren “ver” a Jesús, puedan encontrarse con El. Y lo hacen con la chispa, con el característico buen humor del venezolano. Anuncian la Buena Nueva con una sonrisa de oreja a oreja. Con gentileza, “como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable” (Papa Francisco, La Alegría del Evangelio, 14). ¡Qué bien, adelante sin cansarse!
Gracias por atreverse a soñar en grande, por sus esfuerzos diarios en lo común de cada día, por ser resilientes, y usar la creatividad que recibieron como don de Dios Padre para proyectos innovadores que les permiten ayudar a otros y sustentarse. ¡No se detengan! ¡Lo están haciendo bien!
Jóvenes, alégrense porque están gastándose y desgastándose por el ideal del servicio que nos dejó el Maestro de Nazareth; sientan la alegría del deber cumplido cuando “van contracorriente” siendo honestos, amables, justos, trabajadores, responsables. No nos cansemos de hacer el bien. Es la manera de romper este espiral de violencia, de corrupción, de violación de los derechos humanos, de indolencia ante el sufrimiento de los pobres.
Ustedes siguen siendo sembradores de esperanza. No dejen que nadie les arrebate ese entusiasmo en la construcción de la Civilización del Amor, “que es sobre todo, afirmación de los valores de la vida, solidaridad, paz, libertad, diálogo, participación” (CPV, Jesucristo, Buena Noticia para los jóvenes, 47).
Que el Señor Jesús, Eternamente Joven, siga manteniéndoles firmes en la fe, alegres en la esperanza y diligentes en el amor. Pidámosle a María de Nazareth “la santa audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga” (La Alegría del Evangelio,288)