Rafael Simón Jiménez, vicepresidente del nuevo Consejo Nacional Electoral de Venezuela, no tiene problema en admitir que su designación por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia es parte de un acuerdo político con el madurismo de cara a las elecciones parlamentarias.
“El CNE siempre ha sido multipartidista. ¿En dónde la política no es resultado de una negociación?”, comenta, claro y directo, en entrevista con la Voz de América.
El exparlamentario, historiador y profesor de derecho constitucional, de 67 años, dice entender a quienes no confían en la transparencia del voto en el país.
Según Jiménez, existe un preacuerdo de 18 condiciones y garantías electorales que, de materializarse en el directorio que integra, cambiará el parecer abstencionista.
Pide a la comunidad internacional, al presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó y a los principales partidos políticos no negarse a priori a refrendar un proceso electoral apenas incipiente.
Asegura que delegados de partidos que apoyan a Juan Guaidó negociaron la composición del CNE hasta un día antes del fallo del Tribunal Supremo de Justicia, el viernes pasado.
“Estuvieron sentados, hicieron propuestas”, afirma. De acuerdo con su versión, la oposición presentó, incluso, el nombre de un abogado como eventual rector principal.
VOA: ¿Se siente parte de un CNE independiente, equilibrado, que va a alcanzar un logro político trascendental para Venezuela o todo lo contrario?
Jiménez: Me siento representante en ese CNE de lo que soy: de la Venezuela democrática, de la oposición democrática. Vamos a luchar porque se cumpla una cosa que ya está pactada, que son las 18 garantías y condiciones electorales que fueron redactadas por el exrector (del CNE) Vicente Díaz, en las negociaciones que se hicieron entre el G4 (los partidos Acción Democrática, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia) y el gobierno en Santo Domingo, bajo la mediación del gobierno dominicano.
En la sentencia donde se nombran los rectores, se avanza en decidir cuáles son las garantías electorales. Fueron expuestas por el exrector y aceptadas por la oposición como las condiciones que se necesitaban para que en Venezuela hubiera elecciones limpias, transparentes, confiables. Aspiro a que el CNE cumpla con esas garantías. Ahora, soy representante inequívocamente de un sector democrático y de la oposición democrática. El CNE siempre ha sido multipartidista.
VOA: De esas 18 propuestas, ¿cuáles valora como las más importantes?
Jiménez: En Venezuela, ha habido hasta ahora un desbalance en la campaña electoral, la utilización de recursos públicos, la parcialidad, un abuso de la propaganda oficial. Hay que contener eso. La depuración del registro electoral, la facilitación de la inscripción de todos los partidos políticos, la recomposición de toda la estructura del CNE, de manera de incorporar a la oposición.
VOA: ¿Cree usted en la buena fe de cumplimiento de parte del gobierno en disputa?
Jiménez: Si fuera un venezolano corriente, no confiaría en el nuevo CNE. Confiaría en esas garantías y condiciones electorales que están pactadas. Si veo como elector que no se cumplen las condiciones, por supuesto que no puedo creer que vaya a haber elecciones igualitarias. Es irresponsable adelantarse a los acontecimientos. Hay que esperar el curso de la campaña electoral, el cronograma. Si se cumplen los compromisos, el elector tendrá confianza de que su voto será respetado y que será instrumento para cambiar a Venezuela.
VOA: ¿Ve viable que el elector, en masa, pueda cambiar su opinión e ir a votar?
Jiménez: Se han visto peores que esa suposición. En 1952, Jóvito Villalba (político venezolano) compitió contra una dictadura sangrienta, represiva (del general Marcos Pérez Jiménez), donde se bajaban los oradores de las tribunas y estaba la Seguridad Nacional abajo poniéndolos presos. Era de un partidito chiquito. En Venezuela, no había televisión, habías pocas radios, los caminos eran polvorientos.
Acción Democrática llamó a la abstención y Villalba, al frente de un gran movimiento popular, convenció a los venezolanos y desbancaron a la dictadura (el general dejó el poder seis años luego tras cometer fraude). Ahora, con todo el desarrollo de la ciudadanía, con la expansión de los medios, creo que ese fenómeno pudiera producirse. No es imposible si tomamos en cuenta que el 80 por ciento de los venezolanos está descontento con la situación que tenemos ahora.
VOA: Hay menos partidos políticos legalizados y autorizados a postular en Venezuela. La Sala Constitucional intervino las directivas de dos partidos. ¿Qué opina de ello?
Jiménez: Absoluto repudio. Los partidos están obligados a darse forma democrática en su vida interna. Lo que tienen que hacer todos los partidos es democratizar su vida interna, darle participación a la base, pero lo que hizo el TSJ merece repudio, condena, rechazo, porque no creo que sea judicializando la política, ni tomando decisiones externas, como mejor se contribuye al saneamiento de la vida interna de los partidos.
VOA: ¿Debe la oposición olvidarse de la posibilidad de una tarjeta unitaria o existe alguna posibilidad de que vuelva a permitirse?
Jiménez: Debe permitirse. Cualquier partido puede utilizarla. En 2015, cuando la oposición obtuvo esa victoria clamorosa, amplia, contundente, las condiciones electorales eran mucho más adversas que nunca. Habían fraccionado los circuitos electorales con un método utilizado en el siglo 18, que llamaban el método salamander (“salamandra” en inglés), que consiste en construir circuitos electorales que ni siquiera tengan continuidad geográfica.
Utilizaron el método de ‘las (tarjetas) morochas’, que es un método de sobrerrepresentación (parlamentaria), volcaron los electores de un sitio a otro y, con todo eso, obtuvimos una gran victoria, porque la victoria no te la pone el adversario, la pones tú. ¿Qué era lo que había allá? Una unidad perfecta. Había una sola tarjeta, plancha única, una gran maquinaria de defensa del voto. Fueron las peores condiciones electorales y logramos derrotarlas con voto, movilización, activismo, convocatoria, con una masiva concurrencia.
Jiménez, profesor de derecho constitucional e historiador, rechaza que se intente “judicializar” la política en Venezuela mediante fallos contra los partidos. Con información de la Voz de América.
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