El Tigre.- Los 89 pacientes renales provenientes de cuatro municipios de la zona centro y sur de Anzoátegui, que reciben diálisis en el Centro Comercial Rahme, retomaron su tratamiento el día sábado 3 de febrero luego de dos días de cierre técnico por falta de insumos.
El lunes 5 y el martes 6 han sido atendidos con normalidad los tres grupos que acuden en el esquema martes – jueves – sábado y los tres grupos correspondientes a lunes – miércoles – viernes.
En las afueras de Diálisis Care, los pacientes y sus acompañantes no tenían certeza hasta cuándo hay insumos. Algunos decían que habrá material hasta la ronda del martes en la tarde, otros hasta el día jueves. El hermetismo y la falta de educación de una trabajadora del centro asistencial llamada Johanna, limitaron el trabajo de la prensa y por tal motivo se desconoce hasta cuándo podrán dializar.
Otros eventos de este martes 6 de febrero
Luego que Codevida denunciara en un informe el peligro que corren 16.000 pacientes renales en todo el país, Luis López, titular del Ministerio de Salud, anunció la llegada de filtros e insumos, comenzando febrero. El nerviosismo hizo que este mismo martes un grupo de pacientes hicieran una protesta en las inmediaciones del Palacio de Miraflores. «Querían pedir auxilio ante el riesgo de muerte por falta de diálisis, pero la GNB los obligó a retirarse. Militares también limitaron cobertura de la prensa», publicó el periodista Gabriel Bastidas en su Twitter.
El diputado a la Asamblea Nacional, Winston Flores, afirmó en la sesión ordinaria de hoy que sólo la semana pasada, 12 personas fallecieron por falta de equipos de hemodiálisis.
Testimonios de pacientes en Anzoátegui
Deyanira Ramos, paciente renal desde hace cinco años, acude en taxi desde El Tigre cada martes, jueves y sábado a Rahme. Explicó con determinación y un miedo lejano, su significado de la frase «paciente crónico» en Venezuela.
«La persona que se dializa, el enfermo renal, cuando no tiene diálisis nos decretan una pena de muerte. Se supone que nuestra Constitución nacional, nos asegura nuestra medicina y al no tenerlo es pena de muerte para el paciente renal». Deyanira está consciente que esto ocurre con todos los enfermos crónicos. En su caso, unos sobrinos la apoyan con los gastos de traslado y de medicamentos, los que dejaron de recibir de forma gratuita.
Un blister de 10 pastillas de Clopidogrel, le costó hace poco 900 mil bolívares. La indicación médica es consumir una diaria pero los precios lo impiden.
«Es duro. El que no tiene un paciente crónico, sobre todo el paciente renal que tiene que hacerlo a juro tres veces a la semana, no sabe ni remotamente lo importante que es una diálisis». Les siguen suministrando en sitio la medicina indispensable para subir la hemoglobina; también un complejo de vitamina B y les entregan ácido fólico de 5 mg.
Monagas
Ismenia Jaramillo, paciente renal desde hace 9 años, hace un viaje de 2 horas, desde Santa Clara en el municipio José Gregorio Monagas hasta El Tigre, tres veces a la semana. El carro que la traen a ella, su silla de ruedas y su hija, las espera para regresar. Sus hijos pagan el importe: Cada viaje sale en 800 mil bolívares. Dos millones 400 mil bolívares semanales, 9.600.000 mensuales.
Ismenia tiene además un prolapso y problemas del corazón. Asegura que han pedido el apoyo a la alcaldesa Cruz Ojeda y no han tenido respuesta.
Freites
María Natera de Sabino por su parte, agradeció el apoyo que ofrece el alcalde de Freites, Daniel Haro, en cuanto al traslado. «Siempre nos han apoyado, actualmente venimos 4 pacientes y 4 acompañantes». Otro usuario de Cantaura indicó que desde hace unos meses los trasladaba una vans de 12 puestos pero la falta de pago de Pdvsa provocó un paro de las cooperativas. Desde entonces viajan en autobús de la Unefa.